Apúntate a nuestro boletín para conocer las novedades Bartleby de primera mano. Sólo tienes que introducir tu correo electrónico aquí:

Suscribirse
Campo 'E-mail suscriptor' obligatorio
No es una dirección de E-mail válida

Te mantenemos al día de la actualidad literaria en este resumen de destacados. También puedes visitar la sección de prensa completa.

# 05/07/2023 Presentación en librería La Guarida (cercedilla) El próximo sábado 15 de julio la poeta Ana Pérez Cañamares presentará en Cercedi ... # 05/11/2014 Presentación en Madrid 6/11 Enclave de Libros Manuel Rico, director de la colección Bartleby Poesía, y la autora, Cris ... # 19/06/2014 2ª edición de "En legítima defensa" Con una gran afluencia de público se realizó en el café La Cantonada la presentación en Tarragona ... # 17/12/2013 Presentación "Sagrado Corazón 45" en Madrid El 17 de diciembre a las ocho de la tarde presentaremos Sagrado Corazón 45, primer títul ... # 04/03/2013 Presentación en La Buena Vida (Madrid) 5/03/13 Presentamos en Madrid, en la Librería La Buena Vida (metro Ópera), la primera obra del actor y mú ...
Introduzca algún texto para buscar
Búsqueda por títulos, autores,ediciones, reseñas... BuscarBúsqueda avanzada
Viene de: Portada>Prensa
Mirar al pasado, explicar el presente 01/09/2010Publicado en Revista de Libros



La confluencia del amor y la muerte, que encuentran en la guerra, o las guerras, su telón de fondo más sombrío, ha sido un lazo constante entre las novelas de Justo Sotelo. Sotelo se propone un análisis del pasado y del presente, no para ofrecer reportajes históricos que fomenten el consuelo colectivo ante las adversidades pasadas o relatos costumbristas que describan lo pintoresco de la actualidad, como suele hacer cierta narrativa de los últimos años, sino para aportar una posible explicación o interpretación del proceso histórico, del tiempo que fue y del tiempo que es, tampoco sustancialmente discrepantes. En definitiva, el novelista no se acerca a la realidad para contemplarla con connivencia y complicidad, sino para enfrentarse a ella y desenmascarar sus contradicciones.

De modo que si, por ejemplo, en su anterior La paz de febrero (2006) el autor se ceñía a la realidad del presente desde la contestación popular contra la guerra de Irak para buscar explicaciones a unas vidas azarosas y contar una historia de amor lindante siempre con lo fronterizo y lo doloroso, en esta su cuarta novela, Entrevías mon amour, retoma la guerra de Irak como pretexto para indagar en la herencia oscura que la Guerra Civil ha dejado en el presente de los españoles. En aquélla, con un narrador en primera persona y un protagonista colectivo, Justo Sotelo se propuso reseñar y ordenar en la escritura algunos de los dilemas morales de nuestro tiempo, lo cual no es poco, ya que para muchos eso constituye uno de los fines principales de la literatura. En esta vuelve a insistir en el empeño de descifrar los conflictos morales de hoy sirviéndose de otro narrador protagonista y otro grupo de personajes que, aun siendo distintos a los anteriores en su caracterización, encarnan similares actitudes existenciales. Las semejanzas son evidentes, en efecto, pero mucho más significativas resultan las diferencias. Los conflictos morales de Entrevías mon amour tienen su origen en el territorio de lo individual y personal, pero rápidamente trascienden al colectivo. Los personajes se marcan un objetivo que dé sentido a su existencia y justifique los comportamientos y actitudes de sus irrelevantes vidas cotidianas. Por eso, echan su mirada atrás, a un pasado histórico y a un ámbito familiar aparentemente perdido, para que su experiencia pueda ayudar a descifrar el presente, y no para que esa relación temporal intente mitificar y dorar con la nostalgia a uno o justificar al otro, lo cual sería, por otra parte, una solución fácil y previsible. No se trata, pues, de construir un territorio épico o mítico, sea la Guerra Civil o la infancia, ni de recuperar lo irrecuperable, sino de argumentar el sentido político, ideológico, social y moral del ser humano en dialéctica con la historia, una historia en la que lo privado y lo público caminan de la mano.

Este sentido global de la novela lo expresa el autor mediante la precisa manipulación de los elementos narrativos. El espacio novelesco, el barrio obrero de Entrevías de Madrid, presenta unos rasgos distintos que lo alejan de lo pintoresco y lo convierten en un territorio donde perviven unos sentimientos y unas maneras de pensar y vivir que, cual restos finales de una época, hoy han tocado fondo y son reemplazados por otros (muy reconocibles en la actualidad) al amparo de las pautas políticas y económicas. Allí, en torno a una iglesia que va a ser demolida (otro símbolo del cambio) y después de una larga ausencia, se produce el reencuentro de Teo, conocido reportero de guerra en Irak, con su padre, con el viejo cura Román y con cuatro mujeres, marcados todos por los flecos de la Guerra Civil y las purgas políticas, la soledad y el desengaño, pero también por el sueño de lograr unas metas irrenunciables.

El tratamiento de los personajes recuerda, en el mejor sentido de los términos, al que Faulkner (autor que Sotelo cita varias veces) ofrecía en novelas como Pylon. Son personajes, como ya dijimos, de existencia irrelevante, pero sacarán fuerzas de su flaqueza y actuarán con tenacidad ante unos objetivos concretos que, una vez alcanzados, darán pleno sentido a sus vidas: en unos la meta será política, en otros la recuperación de la memoria histórica, en otros la compensación amorosa y, en fin,  en el protagonista, la reparación de deudas lejanas contraídas con los demás. La trama de la novela responde, sin duda, al cumplimiento de estos sueños, unos motivos novelescos que dan el necesario movimiento dramático al relato. La estructura divide la novela en dos partes que hacen progresar la tensión narrativa hacia un clímax final. La primera se organiza con un contrapunto entre dos trancos espaciotemporales (la experiencia de Teo en Irak y su regreso a Entrevías) que van presentando los motivos de la trama, a saber, la analogía entre las guerras y los anhelos e ilusiones de los personajes; la segunda va cerrando los motivos argumentales al tiempo que acrecienta la intensidad dramática de la historia. La escritura, por último, es uno de los méritos más atractivos de Entrevías mon amour, pues tal vez nunca hasta ahora en sus novelas había logrado Justo Sotelo un lenguaje tan equilibrado y tan ajustado entre el contenido y la forma, entre lo que el narrador y los personajes quieren transmitir y el ritmo o la melodía de las palabras que sirven de vehículo para comunicarlo; y ello sin ceder a la excelencia del estilo ni hacer concesiones a los clichés de modas pasajeras.

SANTOS ALONSO

Nosotros|Poesía|Narrativa|Blog|Prensa|Boletín|Distribuidores|Contacto
2008 © Bartleby Editores. Todos los derechos reservados
Diseño: Castelló